miércoles, 11 de agosto de 2010

"Sindrome de..."

Hola tod@s!
No me había perdido en el espacio sideral, no. Aquí estoy, en mi vida, como siempre; tratando de recomponerme de un fenómeno que ya me ha pasado otras veces, y sé que es frecuente en nuestro “gremio”, respecto de este aspecto de nuestras vidas: perdí de repente las fuerzas para incluir esta búsqueda y su anhelo como cuestión cotidiana.
La cosa fue así: hacia el 24 de julio salí unos días de vacaciones, pocos. Paseé, conocí Entre Ríos, recorrí el parque nacional El Palmar, me desenchufé, me hizo bien, volví. Y ahí fue el asunto, porque a poco de llegar, los primeros días me costaba retomar las cosas en general, así que me dije bueno, paciencia...
Pero ya me voy dando cuenta: lo que me está pasando no es la fiaca post días de descanso, sé que se trata del “sindrome”.
¿Cómo llamarlo? ¿de abandono? ¿de auto-abandono? No me parece .Y no me parece porque lo poquísimo que conozco de mis momentos iniciales hablan de un pase inmediato desde la panza de mi madre de origen a las manos de la partera-contacto, quien en muy pocas horas lanza la papa caliente (yo) al acogedor regazo de mis desesperados e inconscientes padres, dispuestos a cualquier cosa con tal de acceder a una hija/o.
No puede llamarse entonces sindrome de abandono. No. Sencillamente porque mi madre de origen no me abandonó: ella fue una víctima más de una cadena de delitos disfrazados de bondad, como también lo soy yo, como también en algún sentido lo son mis “ falsamente adoptantes” padres. Y no creo tampoco estar siendo presa de un mecanismo de negación al decir esto.
De lo que si estoy segura es de que existe un sindrome que por ahora enunciaría así, con puntos suspensivos: “ sindrome de…”,para el que no encuentro rotulación alguna hasta el momento, aunque puedo intentar explicar en qué consiste: es una situación que se da en aquellos que buscan sus orígenes por largo tiempo ( en mi caso algo más de quince años), por la cual, muchas veces a través de ciclos repetitivos, la búsqueda en sí y las fuerzas que ella requiere, se debilitan de manera más o menos transitoria y en mayor o menor envergadura , o bien en forma pasajera, en cuyo caso rápidamente se retoma, o bien se establece a lo largo de un tiempo prolongado, con lo cual las fuerzas se esfuman hasta llegar en algunos casos a desaparecer, sumiendo entonces a nuestra búsqueda en un estado de olvido y abandono que puede transformarse en una actitud permanente.
Supongo que es algo que en mayor o menor medida nos va pasando a tod@s los que buscamos, algo con lo que hay que luchar para que no se establezca, dejándonos nuevamente anclados en ese punto inicial de borramiento de nuestro origen, ese instante histórico que nos pertenece y en el cual, de quiénes veníamos, quién nos estaba pariendo,pareció ser un dato no importante.
A diferencia de algunos años atrás, al menos a mí esta tendencia de afloje ya me invadió antes,algunas herramientas a nuestro alrededor son de ayuda.
Estos espacios de intercambio internaúticos es una de ellas. Este blog, otros sobre el tema, nuestro grupo en Facebook, junto a los muchos otros que existen son lugares donde podemos compartir lo que nos pasa, como nos sentimos con todo esto sin necesidad de acorazarnos durante meses o años; quizá hasta definitivamente.
Es más, a veces me pregunto si no sería bueno que estos espacios virtuales sean en realidad puntos iniciales de contacto a partir de los cuales generemos de los otros lazos, los del tiempo real, aquellos que suponen encontrarse para compartir en vivo y en directo. De hecho hay quienes ya lo hacen desde hace tiempo, y resultan en intercambios enriquecedores.
Por lo demás, es obvio, pero a decirlo, existe una enorme esperanza y posibilidad implícita en el no cerrar las búsquedas, en el no cerrarse: ella es ENCONTRAR. Alguna vez por fin encontrar. Nuestros orígenes, nuestros padres, hermanos…he ahí nuestra enormísima y gran esperanza respecto de todo este asunto.
Por supuesto que me gustaría, es más, les pido que me cuenten como viven ustedes estas cosas, si también padecen de vez en cuando algo parecido a este sindrome ( sé que lleva acento pero me gusta así…) ,que, ¿cómo lo llamarían?
Por último, una sola cosa más quisiera contarles: hay muchas cosas respecto de esta búsqueda, en las que no podría dar absoluta fé de mí; por ejemplo, no estoy exenta en absoluto de que de tanto en tanto se apodere de mis fuerzas
“ el sindrome”…es más, como les dije al comienzo, cada tanto me pasa, de ahí que llegué a identificarlo.
Tampoco sé si tendré las fuerzas para rescatarme siempre, creo que sí he de intentarlo, porque soy de lucharla…
Pero hay algo, una sola cosa de la que estoy absolutamente segura respecto de el asunto completo: jamás se va a apagar en mí la esperanza de encontrar; aunque se me pase toda la vida que me queda esperando que el milagro se produzca. Es más, hasta tengo una imagen que me acompaña, bastante loca por cierto.
Me veo a mí misma en mi lecho de muerte (dentro de muuuuchos años…) rodeada de mis seres queridos, en paz eh? En paz con la vida vivida. El caso es que un momento dado, toda arrugada yo, tomada de la mano de una de mis hijas seguramente, pregunto: ¿ alguna novedad sobre mi búsqueda?
Y sí…¡hasta el final!
¿Acaso no es la nuestra de esas búsquedas que cuando menos merecen desearse, esperarse, realizarse, hasta el final de nuestros días?