miércoles, 6 de enero de 2010

Propósito de año nuevo

No pude escribir en diciembre. Me refiero a algo nuevo que saliera de mí. Y creo que no se debió al trajín práctico y a ese cierto grado de stress que producen las fiestas. No fue eso.
Fue que no quise repetirme a mi misma. Me aburría la idea de reiterarme.
Cuando por fin me decidí a escribir este blog, después de rumiarlo mentalmente mucho tiempo, me impulsó a concretar la movilización interna que todos los años me produce la fecha del día de la madre: decir algo de eso que tanto quema por dentro. Y ahí fue que comencé. Enhorabuena. Octubre de 2009.
Por supuesto que una nueva revolución interna se desató cercana a la fecha de navidad y fin de año. Pero qué decir de ella sin que se transforme en una queja reiterada y aburrida para mi y para los demás.
Fue así, dando vueltas, que estos últimos días releí unas cartas que algunos años atrás había comenzado a escribirle a mi madre de origen. Y recordé que al tiempo de haber escrito unas cuantas de éstas, se me había ocurrido la posibilidad de que la madre biológica responda.
Así es que en estos últimos días convergieron en mi mente estos asuntos más otro que va ya en un nivel de inquietud que se profundiza: ¿Por qué las madres y padres que entregaron en adopción no se expresan? ¿Por qué no se dejan ver? ¿Por qué es tan difícil lograr esto? Y son estas preguntas que gravitan siempre, mucho más aún, desde que veo que en la web por caso, las búsquedas que abundan son de hermanos que buscan hermanos/as, o primos, muchas veces a partir de relatos de padres enfermos que no quieren morir sin transmitir el legado de la búsqueda...
De hecho, y tan solo como ejemplo, al grupo de Facebook (ver enlace) ¡No se le anima nadie!
Está bien, podrán decirme que le falta difusión, lo acepto, pido que me ayuden en eso si pueden, pero lo real y concreto es que en los años que hace que busco mis orígenes, por tierra y por web, solamente un par de veces encontré madres que buscan; una, totalmente consciente que era de que le habían robado su hijo recién nacido de la clínica, y otra…esa única, valiosísima otra que confesaba haber entregado y deseaba reencontrarse…
Así es que a falta de la aparición de una madre biológica, de origen, cómo se llame, pero que sea de carne y hueso, ¿qué pasaría si desarrollo, en un nuevo gesto de desesperación de los que me caracteriza, una madre inventada por mi escritura?
La verdad, es lo que pienso hacer…

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