Hay momentos en los que este blog me pincha, me pincha el alma.
Me duele, me muerde casi. Y aunque es cierto que logro convivir mejor conmigo misma cuando puedoo expresar lo que siento o me pasa en palabras escritas, el asunto es el tema, el motivo inicial que me impulsó a escribirlo.
Creo que, si pudiera elegir, preferiría que mi irregular adopción, y su interminable repercusión a lo largo del entero desarrollo de mi vida, no existiera. Si pudiera elegir, desearía que no tuviera yo ese inevitable tiempo que invertir en este algo siempre informe que necesita constantemente drenarse.
Y eso que no puedo decir que esta historia me haya llevado a cometer grandes desastres con mi vida. Entiendo que el conflicto principal que me aqueja no pasa por ahí. Ya que mi personalidad no tiende a actuadora, sino más bien a reflexiva, lo cual me ha ayudado mucho a cuidarme muy bien de no repetir vivencias, la de abandono por caso.
Al contrario, mi vida consiste, en una medida importante, en un intento constante de reversión de ese aspecto, gracias a lo cual acumulo sinnúmero de experiencias vitales de cuidar a y de ser cuidada por los otros.
Más bien me parece que el problema que experimento por estos días es una cuestión en el área de mis sentimientos; que hace que no pueda llevarme bien últimamente con esta historia y, a consecuencia de ello, con la escritura de este blog.
Es por eso que digo, sostengo, reitero: últimamente este blog me pincha. Lo digo en el sentido de punzante, y también, de cierto desinfle.
Porque cuando me siento frente a la máquina y comienzo a escribir, si o si entro en contacto con esas sensaciones bien profundas de ausencia, de agujero, de pérdida, de vacío…
Uso diversas palabras porque no encuentro una única y sola que defina ese desasosiego que me inunda por momentos, esa sensación de una relación vital, visceral, absolutamente elemental, que no fue, que no se dio, y que ni siquiera tengo en claro que sea justo llamar abandono.
Y luego, por fuera del vaivén de los sentimientos, está el contexto.
La vida con sus dificultades que nunca faltan, y más últimamente, ese malestar que subyace a nuestra condición de adoptados ilegalmente que por momentos se manifiesta en atisbos de discusiones que se arman en la web entre algunos de los participantes de los distintos grupos de Facebook, blogs, etc que tienen como objetivo abordar de alguna manera nuestro problema en común.
Así sucede que termina transformándose en una situación de enfrentamiento, algo que en realidad es un padecimiento compartido por tod@s, en el que tod@s sufrimos y hacemos con ese malestar lo que podemos.
Los años que llevo de búsqueda, no digo infructuosa, pero si de no haber llegado todavía al meollo de los datos sobre mi origen, me han llevado a pensar que no existe una sola forma de buscar.
Que es fundamental correrse de visiones mesiánicas que nos hagan ilusionar, aunque sea por un instante, con la idea de que existe una manera única, o mejor, y que si la seguimos encontraremos y de lo contrario no.
Que lo que hacemos son búsquedas, variadas, diferentes tipos de intentos, que seguimos caminos muchas veces distintos en los que podemos acompañarnos y alentarnos a seguir cuando flaqueamos, porque el trayecto es arduo, muy arduo.
Que incluso una misma persona, pasa por distintas etapas en su búsqueda.
Que los tiempos internos no son siempre iguales, y que por tanto, si un@ siente que no es momento para algo, por más que ayudase a la búsqueda, no se está perdiendo un tren que no va a pasar nunca más, porque la vida siempre nos da oportunidades.
Y porque es importante reconocer que estas búsquedas de origen, también nos dan miedo y a veces uno se traba un tiempo. Ya se podrá seguir adelante…
Ojalá que entre tod@s podamos acompañarnos, sin autoritarismos, con respeto por las diferencias individuales y la diversidad de elecciones. Que podamos aceptar el hecho de que cada un@ hace lo que puede, en el momento que puede.
Y ojalá también que este blog ¡deje de pincharme!
viernes, 26 de febrero de 2010
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Totalmente de acuerdo Mónica! Excelentes palabras: "Que los tiempos internos no son siempre iguales, y que por tanto, si un@ siente que no es momento para algo, por más que ayudase a la búsqueda, no se está perdiendo un tren que no va a pasar nunca más, porque la vida siempre nos da oportunidades." Que cada uno pueda escucharse, respetar sus tiempos y buscar cuando lo necesite y esté preparado sobre ello. Lo que sí me parece importante es que se informe bien, muchas veces las cosas no quedan en claro, y eso puede prestarse a generar más confusión (más de la que uno lleva de por sí en la cabeza). No te pinches que tenés mucho para dar y con lo que escribís ayudas a otros! besos
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