El lunes 28, el diario Clarín publicó un artículo titulado " Facebook cambió la búsqueda del origen en los hijos adoptivos", el cúal me generó una serie de reflexiones que volqué en esta carta que les comparto, y que pienso enviar también al diario.
He aquí la misiva:
Su nota del 28 de junio acerca de Facebook y la búsqueda de los hijos adoptivos abre el espacio para poner a la luz una problemática que es necesario visibilizar y acerca de la cual hace falta pedir apoyo a la sociedad toda.
Es más que sabido que en la República Argentina no se llevan a cabo únicamente adopciones legales ( simples o plenas como señala el artículo) . ¿Será acaso una verdad de perogrullo señalar que existen también “de las otras”? ¿cómo llamarlas?¿ ilegales? ¿falsas? . Vacías, podríamos quizá decir, si tenemos en cuenta que carecen de todo marco legal y dato al cual poder acudir a la hora en que las preguntas se despiertan.
Las circunstancias de mi propio nacimiento están asociadas a una situación así. Es por eso que escribo esta carta.
Sucede que frente a la indiferencia de un estado que no legisla, no responde, no reconoce una problemática que de decidirse a hacerlo seguramente le supondría un importante mea culpa y replanteo profundos, es entonces en este contexto y solo porque es este el contexto, que se acude a Internet como uno, por no decir el único recurso del que disponen hoy por hoy aquellos que buscan sus orígenes en la República Argentina cuyas fechas de nacimiento no corresponden a las de los años de la dictadura y el terrorismo de estado.
Como bien dice Mauricio, Internet se transforma entonces en “ La última esperanza” , no tanto porque se agoten los recursos legales, sino porque estos no existen para aquellos que fuimos entregados en estas mal llamadas adopciones.
Dado que no existe ningún expediente de adopción en que se encuentren asentados los datos de nuestras familias de origen, lo que muchos hacemos entonces es buscar a través de Internet y sus redes sociales..
No es que Facebook cambió la situación de las búsquedas, lo que hizo internet en general fue aportar un espacio donde no lo hay y debería haberlo.
¿Y que es lo que debería existir? Cuando menos, como puntapié inicial, un Registro Nacional de personas que buscan su identidad al que pudiéramos acudir para cruzar y verificar datos.
Es la necesidad y el pedido en el que coincidimos la mayoría de los que transcurrimos buena parte de nuestras vidas tratando de resolver este enigma. ¿Sería algo tan difícil de hacer?…quien quiera y pueda oir, que oiga…
A mis 46 años ( nací en enero de 1964) con varios de ellos llevando a cuestas la realidad de una búsqueda que no termina de abrirse ni esclarecerse hacia ningún lado, mantengo en pie mi deseo profundo de reencuentro con mis orígenes y los familiares que tienen que ver con ellos.
Lo digo para desmitificar la idea de que las búsquedas de origen se restringen a las épocas de” rebeldía adolescente”. El momento en que la pregunta se desencadena hacia una búsqueda, depende de un sinnúmero de factores que no se pueden encorsetar en una única etapa evolutiva.
De hecho, en los grupos de Facebook que tienen que ver con el tema, en los blogs, en Internet en general, me cruzo y dialogo todo el tiempo con gente de mi edad, mayor, menor, que vaga como yo tras la búsqueda de los orígenes perdidos.
En mi caso particular mi pregunta acerca de quienes fueron mis padres de origen, se desencadenó poco tiempo después del nacimiento de mi primera hija. Probablemente en mi adolescencia estaba demasiado preocupada por no dañar con mi deseo de saber y encontrar a mis padres, quiénes me cuidaron y se hicieron cargo de mí. Les agradezco infinitamente. Por encima y más allá de la torpeza y el inadecuado accionar a través del cual intentaron desde una actitud algo ignorante, algo desesperada también, “conseguir” un hijo.
Muchas gracias.
miércoles, 30 de junio de 2010
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Moni, qué bueno, qué bueno.
ResponderEliminarSe me ocurre... vos iniciás la carta con un enunciado que ponde de manifiesto una problemática y una necesidad (en el primer párrafo).
Continuás y desarrollás la problemática clara y ampliamente.
La necesidad era la de concientizar a la sociedad toda. La carta de lectores es, obvio, un modo de hacerlo. La única sugerencia que te haría es que vuelvas sobre este aspecto hacia el final de la carta, para cerrar la idea y reforzarla. Tal vez conectando con el anteúltimo párrafo, cuando hablás acerca de los cruces con otras búsquedas a través de Internet.No sé... se me ocurrió.
Leía tu carta y recordaba ese sábado por San Telmo cuando nos contaste que querías abrir un blog!