Querida hija:
Finalmente me armé de coraje y estuve en la marcha. Fui de incógnito, con la cara tapada por los anteojos de sol, reconozco que temerosa de cruzarme con alguien que me conociera y me preguntase qué estaba haciendo ahí. Hasta me había armado una excusa para decir en el eventual caso. Igualmente, observé desde la vereda de enfrente. Nada más.
No creo que hayas estado. Había muy poca gente y ninguno de esos alrededor de diez rostros que ví se parecían en nada al que imagino que es el tuyo.
En la mitad del trayecto me retiré, sin haber formado parte del minúsculo grupo que marchaba. Me fui, en parte porque estaba inquieta, me parecía que todos se daban cuenta de mi situación, estaba convencida de que se leía en mi cara, y además hija, me produjo mucha tristeza ver esa escasez de gente. Si no fuese por historias como la mía…la mía o la nuestra en realidad, situaciones así no pasarían…
Podrá parecerte egoísta, pero me alivió la cuasi certeza que tuve de que no estabas ahí presente; confío mucho en la imagen que me hago de tu rostro proyectada en el tiempo, en aquellos rasgos que vieron y grabaron mis ojos esa única vez. Al menos te ahorrabas una nueva sensación de abandono pensé
En estos días que siguen, continúa insistente, constante, en mi cabeza, en mi alma, en todo mi ser, la pregunta acerca de cómo sigue esto ahora que recobré el recuerdo de tu existencia. Lo único que sé y tengo claro, es que no quiero ya más volver a negarte hija. Por muy difícil que sea.
Todo lo demás es una nebulosa enorme, abigarrada de contenidos diversos, contradictorios, esperanzados a la vez que temerosos. Es que veo dos caminos que se abren ante mí; ambos me asustan y mucho ( reconozco que siempre fui cobarde, ya te habrás dado cuenta…)
Un camino es buscarte hija, revolver cielo y tierra hasta lograr deshacer esa ruptura inicial, ¿forzada o voluntaria? no lo sé…será un camino arduo, estoy segura. Lo compruebo todos los días cuando leo los testimonios de hijos que buscan con tantas dificultades; desgarran el alma, te aseguro. ¿Será que este hilo original es tan difícil de recomponer? Y una cosa hija es tener la secreta ilusión de encontrarte sin haber hecho nada, y otra, muy distinta, intentarlo y no poder lograrlo. Esa posibilidad me angustia mucho y me da muchísimo miedo.
…Y el otro camino, por el que sí o sí tendría que pasar para llegar al de buscarte es el de hablar con mi familia hija…tu familia también; me refiero a tus hermanas…
De Laura, la mayor ya te hablé. Tiene veinticuatro años, y como te conté lleva el nombre que hubiera deseado ponerte y que no sé si tenés. Lo que no te dije, y hasta a mí me resulta increíble, es que cuando se lo puse, NO ME ACORDABA de que era el que había pensado para vos, porque además en ese momento de mi vida, recordaba muy débilmente tu mismo nacimiento…así de crudas fueron las cosas.Te ruego tengas presente las letanías de perdón que te ofrecí en otra carta como escudo protector de tus sentimientos y de tu corazón cuando leas estas cosas que no puedo callar, si es que quiero darme a conocer realmente frente a vos.
Tu otra hermana, Camila, veintiún años, dulce, muy callada, observadora…con ellas, y con mi marido que no es tu padre, sí el de ellas, tendría…tendré que hablar…
Amada hija confío en que este diálogo que entablo con vos me va a animar a hacer aquello que sea necesario más allá de mis temores, de mis debilidades, de mis cobardías…
A medida que te escribo estas cartas, más real y corpórea se vuelve tu figura, y se aclara en mí la fundamental idea de que en algún lado en este mundo estás, que no te diluiste en el aire, que hubo seres que te quisieron y te cuidaron; ¿ cuál habrá sido tu destino?
Hija: no puedo prometerte ahora voy a hacer tal o cual cosa, por ejemplo: la próxima vez que te escriba será para contarte que hablé con mi familia… estoy a una enorme distancia de coraje todavía; pero tené la absoluta certeza de que estoy comprometida a fondo en este esfuerzo por recuperarte.
De la misma manera que atravesé largos años en una total amnesia, hoy por hoy mi pensarte es casi obsesivo, y la mayor parte de mi actividad mental consiste en buscar el modo de dilucidar esta, nuestra situación. Contá con eso de la misma manera que lo hago yo, sé que esta vez las cosas serán distintas, deseo, confío, confiemos juntas en que serán mejores.
Te quiero hija, te escribiré muy pronto.
Hispana ( tu madre).
Nota: Recuerden que Hispana es un personaje de ficción
miércoles, 16 de junio de 2010
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