miércoles, 30 de junio de 2010

Carta de lectores a Clarín

El lunes 28, el diario Clarín publicó un artículo titulado " Facebook cambió la búsqueda del origen en los hijos adoptivos", el cúal me generó una serie de reflexiones que volqué en esta carta que les comparto, y que pienso enviar también al diario.
He aquí la misiva:

Su nota del 28 de junio acerca de Facebook y la búsqueda de los hijos adoptivos abre el espacio para poner a la luz una problemática que es necesario visibilizar y acerca de la cual hace falta pedir apoyo a la sociedad toda.
Es más que sabido que en la República Argentina no se llevan a cabo únicamente adopciones legales ( simples o plenas como señala el artículo) . ¿Será acaso una verdad de perogrullo señalar que existen también “de las otras”? ¿cómo llamarlas?¿ ilegales? ¿falsas? . Vacías, podríamos quizá decir, si tenemos en cuenta que carecen de todo marco legal y dato al cual poder acudir a la hora en que las preguntas se despiertan.
Las circunstancias de mi propio nacimiento están asociadas a una situación así. Es por eso que escribo esta carta.
Sucede que frente a la indiferencia de un estado que no legisla, no responde, no reconoce una problemática que de decidirse a hacerlo seguramente le supondría un importante mea culpa y replanteo profundos, es entonces en este contexto y solo porque es este el contexto, que se acude a Internet como uno, por no decir el único recurso del que disponen hoy por hoy aquellos que buscan sus orígenes en la República Argentina cuyas fechas de nacimiento no corresponden a las de los años de la dictadura y el terrorismo de estado.
Como bien dice Mauricio, Internet se transforma entonces en “ La última esperanza” , no tanto porque se agoten los recursos legales, sino porque estos no existen para aquellos que fuimos entregados en estas mal llamadas adopciones.
Dado que no existe ningún expediente de adopción en que se encuentren asentados los datos de nuestras familias de origen, lo que muchos hacemos entonces es buscar a través de Internet y sus redes sociales..
No es que Facebook cambió la situación de las búsquedas, lo que hizo internet en general fue aportar un espacio donde no lo hay y debería haberlo.
¿Y que es lo que debería existir? Cuando menos, como puntapié inicial, un Registro Nacional de personas que buscan su identidad al que pudiéramos acudir para cruzar y verificar datos.
Es la necesidad y el pedido en el que coincidimos la mayoría de los que transcurrimos buena parte de nuestras vidas tratando de resolver este enigma. ¿Sería algo tan difícil de hacer?…quien quiera y pueda oir, que oiga…
A mis 46 años ( nací en enero de 1964) con varios de ellos llevando a cuestas la realidad de una búsqueda que no termina de abrirse ni esclarecerse hacia ningún lado, mantengo en pie mi deseo profundo de reencuentro con mis orígenes y los familiares que tienen que ver con ellos.
Lo digo para desmitificar la idea de que las búsquedas de origen se restringen a las épocas de” rebeldía adolescente”. El momento en que la pregunta se desencadena hacia una búsqueda, depende de un sinnúmero de factores que no se pueden encorsetar en una única etapa evolutiva.
De hecho, en los grupos de Facebook que tienen que ver con el tema, en los blogs, en Internet en general, me cruzo y dialogo todo el tiempo con gente de mi edad, mayor, menor, que vaga como yo tras la búsqueda de los orígenes perdidos.
En mi caso particular mi pregunta acerca de quienes fueron mis padres de origen, se desencadenó poco tiempo después del nacimiento de mi primera hija. Probablemente en mi adolescencia estaba demasiado preocupada por no dañar con mi deseo de saber y encontrar a mis padres, quiénes me cuidaron y se hicieron cargo de mí. Les agradezco infinitamente. Por encima y más allá de la torpeza y el inadecuado accionar a través del cual intentaron desde una actitud algo ignorante, algo desesperada también, “conseguir” un hijo.
Muchas gracias.

miércoles, 16 de junio de 2010

Nueva carta de Hispana a su hija!!

Querida hija:

Finalmente me armé de coraje y estuve en la marcha. Fui de incógnito, con la cara tapada por los anteojos de sol, reconozco que temerosa de cruzarme con alguien que me conociera y me preguntase qué estaba haciendo ahí. Hasta me había armado una excusa para decir en el eventual caso. Igualmente, observé desde la vereda de enfrente. Nada más.
No creo que hayas estado. Había muy poca gente y ninguno de esos alrededor de diez rostros que ví se parecían en nada al que imagino que es el tuyo.
En la mitad del trayecto me retiré, sin haber formado parte del minúsculo grupo que marchaba. Me fui, en parte porque estaba inquieta, me parecía que todos se daban cuenta de mi situación, estaba convencida de que se leía en mi cara, y además hija, me produjo mucha tristeza ver esa escasez de gente. Si no fuese por historias como la mía…la mía o la nuestra en realidad, situaciones así no pasarían…
Podrá parecerte egoísta, pero me alivió la cuasi certeza que tuve de que no estabas ahí presente; confío mucho en la imagen que me hago de tu rostro proyectada en el tiempo, en aquellos rasgos que vieron y grabaron mis ojos esa única vez. Al menos te ahorrabas una nueva sensación de abandono pensé
En estos días que siguen, continúa insistente, constante, en mi cabeza, en mi alma, en todo mi ser, la pregunta acerca de cómo sigue esto ahora que recobré el recuerdo de tu existencia. Lo único que sé y tengo claro, es que no quiero ya más volver a negarte hija. Por muy difícil que sea.
Todo lo demás es una nebulosa enorme, abigarrada de contenidos diversos, contradictorios, esperanzados a la vez que temerosos. Es que veo dos caminos que se abren ante mí; ambos me asustan y mucho ( reconozco que siempre fui cobarde, ya te habrás dado cuenta…)
Un camino es buscarte hija, revolver cielo y tierra hasta lograr deshacer esa ruptura inicial, ¿forzada o voluntaria? no lo sé…será un camino arduo, estoy segura. Lo compruebo todos los días cuando leo los testimonios de hijos que buscan con tantas dificultades; desgarran el alma, te aseguro. ¿Será que este hilo original es tan difícil de recomponer? Y una cosa hija es tener la secreta ilusión de encontrarte sin haber hecho nada, y otra, muy distinta, intentarlo y no poder lograrlo. Esa posibilidad me angustia mucho y me da muchísimo miedo.
…Y el otro camino, por el que sí o sí tendría que pasar para llegar al de buscarte es el de hablar con mi familia hija…tu familia también; me refiero a tus hermanas…
De Laura, la mayor ya te hablé. Tiene veinticuatro años, y como te conté lleva el nombre que hubiera deseado ponerte y que no sé si tenés. Lo que no te dije, y hasta a mí me resulta increíble, es que cuando se lo puse, NO ME ACORDABA de que era el que había pensado para vos, porque además en ese momento de mi vida, recordaba muy débilmente tu mismo nacimiento…así de crudas fueron las cosas.Te ruego tengas presente las letanías de perdón que te ofrecí en otra carta como escudo protector de tus sentimientos y de tu corazón cuando leas estas cosas que no puedo callar, si es que quiero darme a conocer realmente frente a vos.
Tu otra hermana, Camila, veintiún años, dulce, muy callada, observadora…con ellas, y con mi marido que no es tu padre, sí el de ellas, tendría…tendré que hablar…
Amada hija confío en que este diálogo que entablo con vos me va a animar a hacer aquello que sea necesario más allá de mis temores, de mis debilidades, de mis cobardías…
A medida que te escribo estas cartas, más real y corpórea se vuelve tu figura, y se aclara en mí la fundamental idea de que en algún lado en este mundo estás, que no te diluiste en el aire, que hubo seres que te quisieron y te cuidaron; ¿ cuál habrá sido tu destino?
Hija: no puedo prometerte ahora voy a hacer tal o cual cosa, por ejemplo: la próxima vez que te escriba será para contarte que hablé con mi familia… estoy a una enorme distancia de coraje todavía; pero tené la absoluta certeza de que estoy comprometida a fondo en este esfuerzo por recuperarte.
De la misma manera que atravesé largos años en una total amnesia, hoy por hoy mi pensarte es casi obsesivo, y la mayor parte de mi actividad mental consiste en buscar el modo de dilucidar esta, nuestra situación. Contá con eso de la misma manera que lo hago yo, sé que esta vez las cosas serán distintas, deseo, confío, confiemos juntas en que serán mejores.
Te quiero hija, te escribiré muy pronto.

Hispana ( tu madre).


Nota: Recuerden que Hispana es un personaje de ficción

miércoles, 9 de junio de 2010

El después de la marcha del 8-6

¿Qué nos queda en este después de la marcha de ayer?
Probablemente una sensación ambigua.
Claro está, la alegría de saber que este tema de la búsqueda de identidad que es el nuestro, y la necesidad de aval y legislación de parte del estado, comience a circular más allá de nosotr@s, los propios interesados, y encuentre eco en la sociedad toda.
A la vez, este primer movimiento más masivo que se intentó generar, puso en evidencia ciertos puntos débiles que deberíamos afrontar:
Que las agrupaciones que desde hace algunos años iniciaron su trabajo en la lucha por la verdadera identidad de origen, vienen trabajando en forma disgregada, a partir de desacuerdos que fueron generando diferentes divisiones.
Prueba de ello resulta la escasa convocatoria de la marcha de ayer, aspecto que puede tener que ver en parte con un estadío de toma de conciencia social que se encuentra en sus inicios, pero es probable que haya influido también la modalidad poco abierta de la convocatoria ( hasta último momento no se sabía qué se iba a presentar ni hacer durante la marcha) que haya hecho que quienes buscan su identidad de origen no se hayan sentido suficientemente informados y representados por las organizaciones convocantes.
Y me refiero sobre todo a lo que ha sido la organización y desarrollo de la marcha en Buenos Aires, que como señalé en anterior nota, tuvo la característica distintiva de llevarse a cabo en horario distinto que las del resto de las provincias en que se realizó también.
A partir de lo sucedido surge la pregunta entiendo que necesaria de parte de las instituciones convocantes: la de si resultan en la actualidad adecuada y suficientemente representativas del colectivo social de los que buscan su identidad.
Ya que sería importante evitar esos males institucionales que vuelven inoperantes muchas veces a las organizaciones de grupo: el aislamiento y ruptura de los vasos comunicantes con el colectivo humano concreto que representan, y el inminente riesgo que eso significa de pérdida del motivo convocante inicial, como así también esos pequeños narcisismos de grupo que suelen armarse, donde cada quien piensa que es el que representa mejor, y donde circula ese humano impulso de apoderamiento de los logros que tan nocivo resulta a la hora de que los objetivos sean grupales y verdaderamente representativos .
Todos estos aspectos llevan a pensar que el después de la marcha requiere de una reflexión de parte de tod@s nosotr@s. Desde nuestro lugar personal frente al tema, pero principalmente y sobre todo, desde las instituciones que han asumido algún propósito de representación de nuestra problemática.
Ya que si hay algo a lo que parece estar convocándonos esta post-marcha es a un mayor diálogo en las diferencias, para representar con mayor fuerza la necesidad que llevó a congregarse allá en su inicio.